miércoles, 28 de marzo de 2012

EPIDEMIA DE SUICIDIOS DE MUJERES EN AFGANISTAN

Cada año miles de mujeres afganas se siguen suicidando mediante la auto-inmolación para escapar así de matrimonios violentos, leyes abusivas y de la pobreza extrema. El divorcio es demasiado vergonzante para la cultura afgana, en especial para la que está en una posición claramente de sumisión frente al varón por lo que la inmolación es la única alternativa. Es su forma de escapar, su forma de ser libres de la opresión.


La vida cotidiana de la mujer afgana está regida más por costumbres y códigos arcaicos y tribales que por cualquier marco normativo favorable. El rostro de la mujer afgana, en nuestro imaginario, está tapado por un burka, pero también rasgado por las marcas causadas por las quemaduras de gasolina. En algunos casos, son hombres los que marcan a las mujeres que osan discutir su yugo; pero en otros muchos casos son ellas las que se autolesionan para disfigurarse la cara ,cómo único grito, cómo única manera de romper esas cadenas, cómo única manera de suicidarse: “No hay casas altas, no pueden tirarse de un séptimo, no cogen un kalashnikov porque nunca cogen un arma…no hay trenes para tirarse a la vía...lo único que tienen a mano es el petróleo”.

Muchas mujeres recurren a lo que tienen más a mano en casa como aceite de cocina hirviendo. La epidemia continúa, el suicidio sigue siendo una medida extrema como medio de liberación y ese cese inmediato a una condena por razón de género. El número de casos sigue aumentando en Afganistán,  es uno de los perores países del mundo para nacer niña.

Las mujeres en Afganistan juegan un papel fundamental, son las encargadas de criar a sus descendientes y de cuidar el hogar pero no pueden salir de casa sin el Burka, que les debe cubrir cada centímetro de su cuerpo, de no ser así pueden ser castigadas, deben estar siempre acompañadas por un varón, no tienen derecho a hablar con otros hombres que no sean de su familia, ningún hombre que no sea de su familia las puede ver el rostro. Por mucho que los occidentales queramos cambiar la opinión de los afganos sobre el papel de la mujer en la sociedad afgana ningún hombre que se precie puede hacerse a la idea de ver a una ministra o a una jefa de policía... son miles de años de una cultura machista que van a cambiar porque los europeos les diga que está mal, en Afganistán no saben el significado de igualdad de género.

En el año 2009 el Gobierno presidido por Ahmid Karzai, pretendía dar luz verde a una polémica Ley que permitía la violación dentro de matrimonio. La Ley para el Estatus Personal Chií, en su artículo 132 decía "una mujer está obligada a cumplir con los deseos sexuales de su marido. El marido debería pasar una de cada cuatro noches con su mujer, tener contacto sexual con ella al menos una vez cada cuatro meses y que una mujer tiene que llevar maquillaje si su marido se lo pide". Además la mujer tiene prohibido trabajar sin el permiso expreso de su marido. La Ley niega a las mujeres chiíes el derecho de salir de sus casas excepto para propósitos "legítimos", les prohíbe trabajar o recibir educación sin el permiso de sus maridos, les niega la custodia de sus hijos en caso de divorcio y desconoce el derecho de las viudas a heredar los bienes de sus esposos.
Enlace: El País


Foto de una afgana desfigurada por su marido como castigo por abandonarle, realizada por Jordi Bieber para la revista Time, ganó el pasado 2011 el máximo galardón del Workd Press Photo

El pasado 29 de julio de 2011, la revista TIME publicaba un reportaje que llevaba en su primera página: "qué pasaría si nos fuéramos de Afganistán" se puede leer en la portada. La historia de Aisha, de 18 años, a la que le fueron amputadas las orejas y la nariz, en cumplimiento del dictamen de un comandante talibán que la había juzgado por no someterse a la esclavitud de su familia política. Y así otras tantas historias que pasan desapercibidas y que no ocupan las portadas.

Desde 2004 Afganistán cuenta con una constitución que reconoce la igualdad ante la Ley entre hombres y mujeres, aunque el estado central no tenga capacidad de hacerla cumplir en territorios donde imperan más las normas de los señores de la guerra y/o los talibán que las normas dictadas por el Parlamento, que cuenta con tan solo 68 diputadas, de un total de 249 asientos. Tampoco es que el poder Legislativo haya hecho mucho por la igualdad de las mujeres. Hasta el año pasado, la violencia contra las mujeres no estaba tipificada como delito; en febrero de 2009 se vivió otro momento vergonzoso, que sacó los colores a los países que sustentan el Gobierno de Karzai: el Parlamento aprobó y el presidente afgano sancionó el nuevo Código de Familia Chií, que afectaba solo a dicha comunidad, y que era un guiño a los hazaras para ganarse el voto en las elecciones presidenciales del verano siguiente. Entre otros atropellos reconocía el derecho a la violación dentro del matrimonio, consentía las bodas infantiles y exigía que un hombre de la familia acompañara a la mujer que quisiera ir a estudiar o trabajar. Tras la presión internacional, Karzai anunció que la ley se iba a enmendar,pero se mantuvo, por ejemplo, que el marido pudiera dejar sin comida a la esposa en caso de no satisfacer sus necesidades sexuales.

Estas son algunas ONGS, que luchan por los derechos de las mujeres en Afganistán:

ACAF (Associació de Cooperació per Afanistan), sin ánimo de lucro que trabaja para ayudar a los colectivos más desfavorecidos dentro de la sociedad afgana. ACAF cuenta con un proyecto definido como es la escolarización de un grupo de mujeres y niñas. Además, apoya otras causas relacionadas con la violación de derechos humanos.

Otra ONG es Afganistán Right Monitor


ONG Women kind, esta ONG ha realizado un informe que describe de manera detallada la legislación sobre la mujer en Afganistán


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